La sal rosa del Himalaya es el motor detrás de esta acción limpiadora profunda, asegurando que los poros se liberen de impurezas. La presencia de la enzima degradante de proteínas, la Papaína, derivada de la papaya, complementa la fórmula al exfoliar suavemente las células muertas, dejando la piel con una suavidad sedosa que se siente al instante. El extracto de centella asiática asegura que este limpiador no irrite tu piel.
Modo de uso: aplica una cantidad de jabón del tamaño de una moneda y un poco de agua en la mano. Haz burbujas y masajea en el rostro, luego enjuaga bien con agua tibia.
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